Al principio todo fue confuso, se oían muchos gritos de dolor y gente lloraba. Poco a poco todo lo empecé a ver con más claridad, pero aún tenía muchas dudas de la nada sentí como alguien me abrazaba y mientras lo hacía me dijo: tranquila». Al principio no entendí por que me había dicho eso, hasta que entendí o más bien me di cuenta de que yo también lloraba.»
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