Soy un individuo de una especie animal elevado por mis semejantes a la dignidad de ser humano.

Nunca el demasiado hablar es señal de prudencia, piensa y cuida cada una de tus palabras y huye de las lenguas siempre en movimiento de los hombres parlanchines.

Lo que los ojos ven y los oidos oyen, la mente se lo cree.

Quién no comprende una mirada, no comprenderá una larga explicación.

Muchas veces se sufre más con los pensamientos que con los sentimientos.

Las palabras del alma vienen del corazón y salen al aire.

El pensamiento es efectivo cuando se tiene un razonamiento y espíritu analítico.

Los temporales más grandes del mundo se producen en el interior del alma humana.

No hay nada nuevo, salvo lo que se ha ovidado.

Si todos decimos aquello que pensamos, habría más de dos guerras mundiales.