Odiar es algo que nace de las cenizas de un amor, como el Ave Fénix, el cuál siempre lo vamos a llevar con nosotros, porque no podemos olvidar a quién odiamos, porque lo amamos.

El odio es un sentimiento bajo de rencor y repulsión a lo extraño, a lo que no nos gusta, a lo que puede agredirnos en una situación de indefensión.

Odiar es ser realista, preocuparse por la sociedad odiosa, pero es tan poco para el amor.

El odio no es más que una forma de expresar temor.

No te odio por cómo eres sino por cómo me tratas.

Te aviso de que cada vez que tropieces mi odio estará detrás de ti recordándote que nunca debiste jugar conmigo.

Eres la persona que más quiero en el mundo… y sin embargo te odio.

Sólo si haces que todos te odien estarás preparado para la vida y esperarás nada de los demás.

El odio muchas veces es el pan de cada día que nos ayuda a no hundirnos en la decadencia.

El día que odies a una persona tienes que pensar si de verdad te merece la pena.