Siempre que enseñes, enseña, a la vez, a dudar de lo que enseñas.

Lo peor es educar por métodos basados en el temor, la fuerza, la autoridad… porque se destruye la sinceridad y la confianza y sólo se consigue una falsa sumisión.

Los libros son como los amigos, el contenido es mejor que la portada.

El lema del estudiante: ¡cara dura y adelante!

Para hacer una buena expocisión hay que escribir más de lo que se va a decir, y luego decir más de lo que se escribió.

Se educa con palabra pero se arrastra con el ejemplo.

De todas las victorias humanas le compete al maestro en gran parte el mérito. De todas las derrotas en cambio, su responsabilidad.

Un libro abierto es un cerebro que habla, cerrado, un amigo que espera, olvidado, un alma que perdona y destruido, un corazón que llora.

Habla para que yo sepa que existes.

No hay personas ineducadas, todos estamos educados, con la diferencia que algunos estamos mal educados.