La deuda es producto del beneficio de otro.

Lo prometido es deuda.

Estoy en deuda… te debo mi alegria.

Si prestas dinero, o pierdes lo prestado o ganas un enemigo.

Alguna vez tuve una deuda, la cual hoy en día no puedo pagar: haberme enamorado de ti.

Si nos vamos a enojar porque no me quieres pagar… mejor no me pidas y no te presto… y así nos evitamos el enojo.

Si alguien te habla mal de mi, pregúntale cuanto me debe.

Nunca le debas a alguien algo, porque ese algo te puede hacer deber a alguien.

Tu reputación queda en tela de juicio si dejas pasar mucho una deuda, así sea con la vida.

Los hombres primero pagan, después se ofenden.