Cuando nos abunda la tristeza, nos hacemos débiles y perdemos la cabeza pidiendo por la muerte.

La tristeza es la única emoción que te muestra lo que realmente te importa.

La tristeza llega, lenta, suave, se mece triste en la mirada, en la sonrisa, y se instala cómodamente en el corazón.

Nunca se está tan hundido como para tocar el fondo.

La amargura procede, casi siempre, de no recibir un poco más de lo que se da: el sentimiento de no efectuar un buen negocio.

Cuando estoy triste entiendo las estupideces que hago en la vida…

Si ríes, el mundo ríe contigo, pero si lloras, lo haces sólo.

Lo peor de la tristeza es que te ciega y pierdes el rumbo.

Qué triste es estar sólo, aun sin saber lo que es el amor, pero lo más triste es saber lo que es amar y ser amado, y luego de ser feliz quedar solo, de un momento a otro, y sin poder hacer nada.

Estar triste no sabemos lo que es, pero a veces lo hemos estado y sin saber porqué.